Friday, October 30, 2015

Mi hijo olvidado


Tengo un hijo y lo están viendo. Nació aproximadamente en marzo y en sus cortos meses de vida ya sufrió mi total abandono y desatención. Considero que empecé bien, dándole a mi hijo su comida semanal, para que crezca y sea conocido. Pasé mucho tiempo pensando en cómo hacerlo, me rompí la cabeza pensando el nombre, cómo sería, qué cosas haría con él.




Mi ilusión de padre me duró unos meses y ahora con cierta vergüenza volteo para verlo. Ha acumulado polvo, casi nadie lo recuerda pero ahí sigue, fiel al castigo y es que no pudo escoger a su padre. De haberlo podido hacer tal vez hubiera escogido a alguien más constante y amoroso.


Así que, hijo, nunca es tarde para las disculpas porque aún no mueres. Sigues vivo; no coleando porque hace meses te olvidé, pero te alimentaré “ahora sí” seguido. Tengo mucho alimento pendiente para ti. Pero te alimentaré de a pocos para que no te empaches y no caigas tan pesado como Carlos Alcántara en una “nueva” película de material reciclado de baja calidad. Pretendo mostrarte más al mundo, no prostituirte.





Así que hijo, blog, te escribo para decirte que volveré a hacerte caso. Prometo alimentarte al menos 52 veces para cuando cumplas tu primer año. Quedan 32 alimentos pendientes para ti.


Y a pesar de todo, y de mi poca constancia, no te quedará más que creerme…