Saturday, December 31, 2016

Balance del año 2016


A puertas de fin de año, es inevitable hacer el corte arbitrario de los 365 días y ponerme a pensar en qué cosas he hecho y cuáles he dejado de hacer en mi vida durante el 2016. Revisando la agenda del celular puedo concluir que ha sido un gran año, lleno de logros, redescubrimientos personales, algunas decepciones y mucho aprendizaje.


¿Por dónde empezar? Recibí el 2016 viendo los fuegos artificiales callejeros en la puerta de casa de mi abuela, al lado de mi mamá y mi enamorada de aquél entonces. Pasaron los días y mi mamá viajó de vuelta; pasaron los meses y mi relación culminó. Con todo el pesar, dolor, sentimiento de culpa y nostalgia que ello conllevó, estoy tranquilo y agradecido con todo ello. Me permitió hacer pausa, pensar quién soy y las cosas que hago o dejo de hacer con las personas que tengo cerca. Es así que, después de muchos años, decidí tomarme un “año sabático” de las relaciones amorosas y pensar exclusivamente en mí, para sanar mis traumas y amistarme con mis demonios internos.


"Este soy yo todos los días porque estoy soltero y sin hijos"


Parte de dicho proceso fue “entrar en trompo” y experimentar la llamada crisis de los 30 al ponerme a pensar en qué carajo voy a hacer de mi vida. Al cierre del 2016 las respuestas no llegan; quedan muchos “no sé” y qué bueno. Dejaré que la vida me sorprenda, poniendo de mi parte en todo lo que haga. 


Este fue el año del crecimiento profesional y este fue el campo que más satisfacciones me trajo. Empecé a hacerme cargo de mis propios talleres, a dictarlos y a tener mucho mayor protagonismo en lo que hago. Manejé parte de un taller con 150 personas, algo que nunca me hubiera imaginado antes. Culminé un programa de Coaching financiero del cual era parte, continúo haciendo sesiones personales de Coaching y sigo haciendo todo ello con el mismo disfrute de siempre. Confirmé que me encanta mi profesión y gracias a este año borré cualquier rezago de duda sobre si soy bueno en lo que hago, sin dejar de lado el ser un eterno aprendiz. Me certifiqué como Conciliador Extrajudicial con Especialización en Derecho de Familia, prácticamente terminé mi segunda certificación en Coaching y tengo muchas ideas y proyectos por realizar. El haber pasado mi cumpleaños en un taller fue un regalo adecuado. Y así como este fue el año del crecimiento profesional, este también fue el año de los matrimonios y los embarazos (felizmente no estoy involucrado en ninguno). Asistí a 3 matrimonios y cada vez son más las fotos de ecografías que invaden mi Facebook.  


El futuro de mis amigos...


2016, me dejas muchas grandes cosas: reencuentros con personas que no veía hace tiempo, mejores relaciones con amigos y el haber conocido a mucha gente buena. Estoy más que satisfecho con mis amigos, con los familiares que parecen mis amigos, y con las relaciones personales que tengo. Sigo siendo la misma persona olvidadiza que piensa más veces el “voy a llamar a X para saber cómo está” que el número de llamadas que realiza, en mi vorágine mental, siempre los recuerdo. Por otro lado, si bien aún no aprendo a bailar ni a montar bicicleta, si bien aún no practico escalar en palestra ni me voy de viaje, me quedo con un nuevo hobbie: el crossfit.


Nunca he sido devoto de hacer resoluciones para el año nuevo. Las cábalas me hacen sentir en un plano mental superior a aquellos que las practican sin estar dispuestos a hacer algo nuevo o diferente, y hacer promesas para el 2017 me hacen preguntarme ¿para qué esperar y no hacerlo ya? Como dije, se trata de un corte arbitrario. La vida continúa y lo único que cambiará será el último dígito del año. Me gusta pensar que es un año menos en lugar de uno nuevo. Más allá de fatalismos y alarmismos porque la vida sigue corriendo, porque envejecemos y la posibilidad de tener metas o sueños no cumplidos es mayor, al saber que es uno menos me hará valorar más los que vienen, los que quedan...


Gracias 2016; bienvenido 2017…




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