“Estudia
mucho para que saques buenas notas”. “Tienes que elegir una carrera que te dé
plata”. “Los abogados ganan lo que quieren”. “Tienes que darle duro y parejo al
trabajo”. “¿Y cuándo te casas?”. “Ya estás en edad de tener tu chibolo”. “Apura
que se te pasa el tren, ya no eres una jovencita de 20 años”.
Estas son algunas frases que me vienen a la mente cuando
pienso en las distintas etapas del ciclo de la vida. Algunas me las han dicho,
otras las he escuchado (la de jovencita, obviamente). Pareciera que la vida
está parametrada desde que vienes a este mundo. Las excepciones siempre aplican
y nada en contra de dedicarle 15 o 20 años a una misma actividad, en un mismo
trabajo. Mi inquietud va hacia todo aquello que se puede dejar de lado por
hacer lo que estás supuesto a seguir haciendo. ¿Dónde queda lo que te hace
feliz? ¿Qué cosa harías si no tuvieras que preocuparte por dinero?
Esclavitud - Esclavitud moderna |
Si estás en el colegio, te toca estudiar y sacar
buenas notas (porque tener notas bajas es malo, y ser “inteligente” es bueno);
cuando creces y estás a punto de pasar la barrera de los 17 y recién empiezas a
pensar en todas las salidas y nuevas aventuras que te esperan en la vida
adulta, te informan que tienes que pensar en qué estudiar (porque no tienes
tiempo que perder). Lo que te gusta está bien pero si no da plata, descártalo.
Tienes que elegir algo que te dé de comer. Ya en la universidad, más estudio y
presiones te esperan. Ahora escuchas que si no sacas buenas notas nadie te dará
prácticas y no serás un buen profesional. Cuando consigas trabajo, agradece que
tengas uno. Ahora podrás tener un sueldo y a fin de mes comprar tus cosas para aportar
a la casa y subsistir…
Cuando llegues a los veinti-muchos, ponte ya a pensar
en irte a vivir con alguien y tener tu hijo, porque es lo que ya toca. Si eres
mujer, apura, que “se te pasa el tren”. Ahora, sigue trabajando para darle
educación a tu hijo, para pagar tu alquiler, para estudiar una maestría (tu
título ya no es garantía ni te hace competitivo). Si tu trabajo no te gusta,
estás harto del horario, de tu jefe, de tus compañeros de trabajo, qué importa;
te da para vivir; la calle está dura y hay que seguirle dando. Por ahí podrás
darte un día de descanso, si es que no hay que trabajar. Casi no ves a tu familia,
pero qué importa, hay que seguir trabajando y produciendo para poder comprar y
subsistir; total, eso es parte de la vida adulta y todo el mundo lo hace.
Un día más... |
Pasan los años (los cuales para ti pasan cada vez más
rápido, a pesar de que los días sigan teniendo 24 horas y los años 365/366
días), tu hijo ya termina el colegio. Es hora de ponerte a pensar cómo vas a
pagarle la universidad (porque tiene que ir a la universidad, quieres que sea
alguien en la vida, así como tú). Después de todo ¿para qué te rompiste el lomo
tantos años? ¿Para qué lo presionaste tanto con sus notas y con que consiga los
primeros puestos?
Tu hijo empieza la universidad y sigue tu sabio
consejo de elegir qué hacer en función de lo que le dé para vivir. Tu hijo ya
terminó la universidad, ya es un profesional. Puedes inflar el pecho el día de
su graduación. La hizo, la hiciste. Ya cumpliste con él. Ahora que él vea qué
hace. Es hora de pensar en ti, para tu vejez.
Viviste tu vida “como se debe”. Te convertiste en
profesional, tuviste tu familia y tienes muchas comodidades. Probablemente ya
eres abuelo y podrás disfrutar de tu pensión de jubilación, el producto de
tantos años de esfuerzo y sacrificios.
¿Cómo sería la vida sin la presión de ganar dinero?
¿Cómo sería trabajar “por gusto”, dándote tiempo para ser feliz y disfrutar de
las cosas sencillas de la vida? ¿Cómo sería tener tiempo para no hacer nada o
para sentarte y sentir tu respiración? Si tu respuesta es desempeñar el trabajo
al que te dedicas actualmente, felicidades, estás en el cielo.
Suena a locura, y tal vez sea hora de dejar de
escribir tonterías. Estar ocupado es bueno, tener trabajo y posición es lo
máximo. Buscar la felicidad y hacer lo que te gusta es para hippies y vagos.
Terminó mi hora de almuerzo. Me voy a trabajar (y a intentar ser feliz con las
cosas que me compre a fin de mes)...
P.S.:
Un corto para reflexionar: "El empleo"
Altamente recomendado: TED - "How to find and do work you love"
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