Me encontraba una noche escuchando música
y distrayendo la mente; naturalmente, hice lo que muchos hacemos cuando no
tenemos algo que hacer: revisar el Facebook. “Oh, aquí está el mensaje de ayuda
social del día: Rudescinda es una niña de 5 añitos, que ha perdido a su perrito
Pajero. Dale un like a la foto que para que el Señor lo proteja hasta su pronto
retorno a casa”. (No gracias… Siguiente). “Aquí, saliendo del gym, a recuperar
el cuerpo luego de un duro entrenamiento” (foto del susodicho en el baño del
gimnasio, metiendo la barriga y con el cuerpo brillante) – “Claro…”. “Y aquí
está el mensaje positivo para empezar mi día mañana: Malditos políticos
corruptos, ojalá caigan todos en la cárcel. Estas cosas sólo pasan aquí en
Perú. ¿Hasta cuándo, señores? Alan, ladrón maldito, no huyas, cobarde…”. Excelente… Hora
de dormir.
Me
fui pensando sobre todas esas cosas que a diario veo en mi Facebook. Conozco a la gran mayoría de las personas que tengo y
cuando veo el nombre de quien publica, de alguna forma me imagino sobre qué va a
ser. Somos todos tan diferentes, pero a la vez tan iguales: usamos el Facebook como herramienta, sea para
decir algo o curiosear, pero todos estamos metidos en el mismo saco. Y es que
la red nos permite -si así lo deseas- ser otra persona, crear un alter ego maligno que te permite decir
muchas cosas que abiertamente no dirías, como por ejemplo, en la prehistórica
práctica de reunirte con alguien en persona a conversar. Te permite recibir
atención, mostrarte al mundo. El Facebook aguanta todo y sobretodo, nos da la
facultad ilimitada y sin restricciones de opinar… De lo que sea, y hasta sin
fundamento, pero podemos. Todos somos iguales en las azules praderas de Mark
Zuckerberg.
Un like, ¿qué te costaba? |
Y
así como todos estamos en el mismo saco, me metí en un intricado y estúpido
ejercicio mental de encontrar cosas comunes a tanta gente diferente. El motivo:
todos caemos de alguna forma en seguir la corriente. Eventualmente caes presa
de poner tu banderita de Francia y crees que con eso ayudarás al pueblo francés;
le das like a la foto de Jesús porque
Jesús es cool y si no se lo das se va
a molestar por no haberlo recibido de brazos abiertos en tu muro. Así que,
producto de esa idea, estas son las categorías ganadoras que he podido ver.
Importante:
no estoy hablando de alguien en particular. Si te sientes identificado y no
tienes correa hacia las opiniones o cojudeces, sugiero que respires hondo y te tomes esto
como lo que realmente es: un post; nada acartonado, nada académico, nada serio.
Si piensas que hablo de ti, te aseguro que no. Después de todo, si me burlara
de alguien sería de mí mismo, por escribir estas cosas. Así que empecemos…
1) Los fantasmas:
nunca publican, nunca dan likes, sin
embargo, están plenamente enterados de todo lo que pasa en el mundo virtual, y recurren a esta información para mantenerse al tanto de las vidas de los otros. Es como un
ninja asesino que siempre vigila, pero nunca te das cuenta que está ahí, hasta
que sale dispuesto a atacarte sorpresivamente con alguna información que podrá
usar para empezar una conversación.
Ahí están... Observándote |
2) Los paladines:
a luchar por la justicia. Toma esta publicación, status quo… Estas personas son las primeras en lanzar quejas o
protestas, normalmente con el afán de despertar el sentimiento social y los
cambios. ¿Qué Uber le está quitando trabajo a los pobres taxistas? Tomen mi
publicación y sientan mi ira… ¿Los pobres perritos se asustan con los gritos de
los partidos de Perú? Ahí te va, para que no te metas con los pobres perritos. ¿Una
madre soltera en Nepal no tiene para ver su WhatsApp porque le recortan su
paquete de datos? Chapa esta flor. El abuso contra las mujeres debe parar. O
sea, se quejan de todo y de todos. Sus publicaciones normalmente contienen
quejas o grandes discursos sobre lo que deberían hacer las autoridades para
solucionar las cosas; sobre lo injusta que es la vida, sobre las tropelías y
abusos de la gente. Palabras clave que usan son “denuncia”, “injusticia”, “alto
al abuso”, entre otras. ¿Marcha por el derecho de los gatos de arañar sillones?
Ahí estamos…
Dentro de esta categoría
incluyo a los críticos de balcón y a
su subespecie, los Perú Haters. Los primeros son los que
todo saben. Tienen las respuestas y soluciones para los problemas globales.
Incluso tienen la alineación perfecta para que Perú clasifique primero a Rusia
2018. Es que ese Gareca no sabe nada de fútbol. Debió poner a ese chibolo que
yo te digo que es bueno y la va a romper. Los segundos, los Peru Haters,
tienen una particularidad: todo lo que sea peruano, les apesta. Si sale una
noticia sobre los pobres niveles educativos en Perú, ahí están, en sus muros,
junto con una reseña llena de indignación de parte de ellos. Es que las cosas
sólo pasan aquí en el Perú, que por estas cosas no progresamos, que porque un
enemigo de un peruano es otro peruano. Sólo les falta decir “me escupo a mí
mismo por ser peruano”. Ahh, pero cuando Perú gana en fútbol o algún artista
extrajero hace un cumplido hacia un susodicho plato de limón con pescado…
Estas cosas sólo pasan en Perú. |
El mismo sentido de justicia y preocupación-social-de-teclado la tienen los banderitas. ¿Hambruna en Venezuela?
Pongo mi filtro de bandera venezolana, porque eso hará que la gente de
Venezuela ya no tenga tanta hambre y porque con cada usuario de Facebook que
coloque esta bandera, una ONG donará una lata de lomito de caballa… ¿Que coloque
este lacito en señal de respeto por los caídos de la revolución social en
España? Venga… porque el cambio empieza con mi foto de perfil y eso hará que la
gente esté mejor. “¡Qué bueno soy! ¡Cómo apoyo a las causas sociales!” (estrellita
en la frente y besito en la mejilla).
Lo interesante de esta
categoría es que normalmente son los más reactivos. No se dedican a investigar
fuentes ni a verificar la veracidad de la información. Son autómatas entrenados
en la crítica. Sólo disparan y después se olvidan.
Apunten... Disparen. |
3) Jesus (and Ricardo Belmont) Pals:
la virgen María te envía esta señal divina y energía milagrosa para que todos
tus deseos se cumplan. Comparte esta postal en tu muro para que su energía bendita
llegue a todos tus contactos. (Share!).
¿Has sentido un aura mágica, de color violeta llena de energía sanadora?
Agradecede a los Jesus Pals. Porque gracias a su amistad
cercana con el Todopoderoso, todas las cosas te saldrán bien. Jesús mismo les
dio like a sus publicaciones. Sería
tonto quedarse con toda esa dicha, amar es compartir, por eso te regalo
estampitas poderosas para tu muro. Son las personas que también cuelgan
versículos de la Biblia, responden “amén” a todo y publican en sus muros para
que Dios los proteja y guíen sus pasos. Los envidio. Yo quisiera que Dios vea
mi Facebook también para que atienda
mis pedidos y sepa lo que quiero. ¿Alguien sabe cuál es su perfil? Deseo
agregarlo. Prometo darle like a sus
fotos.
¡Ahora mismo te agrego! |
En ese mismo nivel de
energía zen están los Ricardo Belmont Pals. Si no sabes quién es Ricardo
Belmont, es un señor que salía en la televisión entregando sus recordadas pastillas para el alma; mensajes
reflexivos, con una alta dosis de optimismo y buenaventura. Todos los días
estas personas hacen al mundo mejor, publicando sus mensajes empoderantes y
optimistas. Nunca les pasa algo malo, todo lo que hay en sus muros son mensajes
positivos. Aparentemente no tienen problemas ni desdichas, mucho menos
desavenencias o posturas en contra. Ellos sólo regalan frases, fábulas,
reflexiones… “No olvides que la verdadera belleza es una actitud”; “Abre las
puertas al error porque de ellos aprendes”, “Nada es imposible”, “Que nadie te
diga que no puedes porque sí puedes”, etc. Yo confieso haber usado alguna
pastilla para el alma en alguna sesión de Coaching
o en algún taller. ¿Pero todos los días? Lo siento, Ricardo. No deseo ser tu
amigo. Por sanidad, me quedaré con mi alma enferma.
4) Los
animal
lovers: ¿ves animalitos con
carteles de adóptame o busco hogar? ¿Tienes fotos de animales abusados en el
resumen de publicaciones? Todos tenemos algún amigo cuyo perfil parece un
zoológico. “Ah, mira, una foto de un perro maltratado, justo lo que quería ver
para iniciar con ánimos mi semana”. “Un toro con una espada atravesada por la
boca... ¡Genial!”. “Mira, mi amigo ha colgado una foto de su perro con zapatos,
y aquí hay otra de su perro comiendo; ¿cómo dejar de lado esta foto de su gato
lamiéndose la entrepierna? Sí, son pro animales, se indignan ante la noticia de
cualquier perro abandonado y tratan a sus mascotas como sus hijos humanos. Luchan
por los derechos de los animales, por la abolición de los pirotécnicos en
Navidad (pobrecitos, es que se asustan, tú no sabes cómo se ponen los perritos); y así como
los ves luchando, no tienen reparo en comer carne, sí, carne, pollo, que antes
eran animales (es que no son perros ni gatos, ellos sí tienen derechos porque
son mascotas). Estas personas, incluso tienen más fotos con sus mascotas caninas
que con sus mascotas humanas. Poco falta para que le creen un perfil a sus
perros… “Ah, pero sí tienen perfil, y mira, su dueño lo ha etiquetado. ¡Qué
belleza, qué lindo mi hijo!”.
Mira, ¡qué lindo, cómo corren! |
Y
así termina esta primera parte de este profundo estudio. En la siguiente
entrada pasaremos a revisar las categorías de los papitos, de los intensos,
de los attention whores y de los amigos
de la comida y alcohol. Continuaré mi profunda y sacrificada labor de
investigación. Todo sea por y para ustedes. Se aceptan colaboraciones con información
detallada de otras especies. Nueva información la siguiente semana.
Good fight, good night…
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de mis amigos en Facebook (II)
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