Monday, April 20, 2015

"Sabes que te amo (pero...)"



Se conocieron sin esperarlo, se gustaron, compartieron; bajaron sus defensas y se quitaron sus cascos y armaduras. Continuaron con las salidas, llegó el primer abrazo, la primera tomada de mano y caricias en el rostro. Llegaron los primeros jugueteos, las primeras miradas cómplices y los primeros momentos de silencio contemplándose los rostros. Llegó el esperado primer beso, se sumaron las caricias más íntimas, culminando todo en una liberación celestial seguida de un estado de paz y plenitud absolutos, sintiendo que no habría mejor lugar ni momento más feliz que estando los dos juntos. Todo era “perfecto”. Ambos avanzaban y abrían nuevos senderos sobre las nubes, dando cada paso tomados de las manos.



Pasó el tiempo y llegaron las primeras discusiones, las primeras diferencias y malentendidos. Experimentaron sus primeros momentos de silencio incómodo, los primeros cruces de brazos y manos solitarias; conocieron a la desazón, a la tristeza, al estancamiento y sintieron los primeros aterrizajes de cara contra el suelo frío de la no-ilusión. Y así llegaron las primeras disculpas, las primeras reconciliaciones y reafirmaciones de amor. Se atrevieron a soñar, a fabricar sus primeros mundos de ensueño, con un hogar, hijos y una vida feliz, juntos. Y así siguieron, caminando sobre las nubes, tomados de las manos.


Llegó más y más apego, llegaron la obsesión, los celos, la desconfianza… Y llegaron más peleas, más diferencias; también más compromisos y promesas de amor, y en sus propias imperfecciones eran felices, muy felices.


La vida siguió avanzando hacia la dirección que conoce; llegaron más momentos de felicidad, más ilusiones. Llegaron nuevos problemas, más separaciones y distanciamientos. Se hizo presente la indiferencia; se hicieron presente terceras y cuartas personas, bien en la forma de aves de paso o bien en la forma de cuervos.




El amor los seguía empujando a ir hacia adelante, dibujándoles sonrisas y poniéndoles vendas para que ni siquiera saluden a la indiferencia, a los problemas o a las separaciones. Pasó el tiempo y el amor, solo y más entrado en años, perdió la energía y corazón de sus años de juventud. Ahora sus pasos eran más cortos, más pausados y cansados, con cada vez menos fuerza. Finalmente no pudo avanzar más y  las dos personas perdieron su empuje. Las vendas se aflojaron y cayeron; y de nuevo saludaron a sus viejos tormentos conocidos, sumándose ahora la intolerancia.


Y así siguieron avanzando, en caminos cada vez más distintos, cada uno por su lado, siguiendo su propio norte. El amor no les pudo seguir el paso y se quedó atrás recordando sus años mozos y de fortaleza; recordaba cómo fue concebido, de lo esplendoroso que fue todo al inicio… y eventualmente murió, solo y olvidado.




Y así siguieron, con sus manos cada vez más ajenas y extrañas por la falta de contacto. Vino el tiempo para corroborar que apenas se conocían. Habiendo muerto el amor en el olvido, el momento de conversar y sincerarse era inevitable. El tiempo no estaba ahí para que sea echado a perder...




Y llegó el momento de conversar, de decirle adiós al pasado, de aceptar el presente y de borrar ese futuro que fabricaron juntos. Las promesas y compromisos de amor que formaban parte de su mundo se transformaron en gratitud, cariño y buenos deseos. Se dijeron que se amaban, que siempre podían contar el uno con el otro y que siempre iban a ser especiales el uno para el otro… y nada más. Cada uno siguió su camino y avanzaron sin mirar atrás, dejándose en las sombras como hicieron con el amor, quien murió en el olvido.


La misma historia se repitió y continúa repitiéndose, con nuevas personas pero con los mismos personajes secundarios. Es una lástima que estas dos personas, así como muchos protagonistas de sus propias historias, olvidaran en su camino a la pareja incondicional del amor, tan incondicional que sin ella el amor envejece y acaba muriendo como le pasó al de este relato. Olvidaron a la aceptación. ¡Cuántos caminos seguirían unidos si no la hubieran olvidado!





Y mientras tanto, la vida siguió avanzando hacia la única dirección que conoce: hacia adelante. 


3 comments: