Se conocieron sin esperarlo, se gustaron,
compartieron; bajaron sus defensas y se quitaron sus cascos y armaduras.
Continuaron con las salidas, llegó el primer abrazo, la primera tomada de mano
y caricias en el rostro. Llegaron los primeros jugueteos, las primeras miradas
cómplices y los primeros momentos de silencio contemplándose los rostros. Llegó
el esperado primer beso, se sumaron las caricias más íntimas, culminando todo
en una liberación celestial seguida de un estado de paz y plenitud absolutos,
sintiendo que no habría mejor lugar ni momento más feliz que estando los dos
juntos. Todo era “perfecto”. Ambos avanzaban y abrían nuevos senderos sobre las
nubes, dando cada paso tomados de las manos.
Pasó
el tiempo y llegaron las primeras discusiones, las primeras diferencias y
malentendidos. Experimentaron sus primeros momentos de silencio incómodo, los
primeros cruces de brazos y manos solitarias; conocieron a la desazón, a la
tristeza, al estancamiento y sintieron los primeros aterrizajes de cara contra
el suelo frío de la no-ilusión. Y
así llegaron las primeras disculpas, las primeras reconciliaciones y reafirmaciones
de amor. Se atrevieron a soñar, a fabricar sus primeros mundos de ensueño, con un
hogar, hijos y una vida feliz, juntos. Y así siguieron, caminando sobre las
nubes, tomados de las manos.
Llegó
más y más apego, llegaron la obsesión, los celos, la desconfianza… Y llegaron más
peleas, más diferencias; también más compromisos y promesas de amor, y en sus
propias imperfecciones eran felices, muy felices.
La
vida siguió avanzando hacia la dirección que conoce; llegaron más momentos de
felicidad, más ilusiones. Llegaron nuevos problemas, más separaciones y
distanciamientos. Se hizo presente la indiferencia; se hicieron presente
terceras y cuartas personas, bien en la forma de aves de paso o bien en la
forma de cuervos.
El
amor los seguía empujando a ir hacia adelante, dibujándoles sonrisas y poniéndoles
vendas para que ni siquiera saluden a la indiferencia, a los problemas o a las
separaciones. Pasó el tiempo y el amor, solo y más entrado en años, perdió la energía
y corazón de sus años de juventud. Ahora sus pasos eran más cortos, más
pausados y cansados, con cada vez menos fuerza. Finalmente no pudo avanzar más
y las dos personas perdieron su empuje.
Las vendas se aflojaron y cayeron; y de nuevo saludaron a sus viejos tormentos conocidos,
sumándose ahora la intolerancia.
Y
así siguieron avanzando, en caminos cada vez más distintos, cada uno por su
lado, siguiendo su propio norte. El amor no les pudo seguir el paso y se quedó
atrás recordando sus años mozos y de fortaleza; recordaba cómo fue concebido,
de lo esplendoroso que fue todo al inicio… y eventualmente murió, solo y olvidado.
Y
así siguieron, con sus manos cada vez más ajenas y extrañas por la falta de
contacto. Vino el tiempo para corroborar que apenas se conocían. Habiendo
muerto el amor en el olvido, el momento de conversar y sincerarse era
inevitable. El tiempo no estaba ahí para que sea echado a perder...
Y
llegó el momento de conversar, de decirle adiós al pasado, de aceptar el
presente y de borrar ese futuro que fabricaron juntos. Las promesas y
compromisos de amor que formaban parte de su mundo se transformaron en gratitud,
cariño y buenos deseos. Se dijeron que se amaban, que siempre podían contar el
uno con el otro y que siempre iban a ser especiales el uno para el otro… y nada
más. Cada uno siguió su camino y avanzaron sin mirar atrás, dejándose en las sombras como hicieron con el amor, quien murió en el olvido.
La
misma historia se repitió y continúa repitiéndose, con nuevas personas pero con
los mismos personajes secundarios. Es una lástima que estas dos personas, así
como muchos protagonistas de sus propias historias, olvidaran en su camino a la pareja incondicional del
amor, tan incondicional que sin ella el amor envejece y acaba muriendo como le
pasó al de este relato. Olvidaron a la aceptación. ¡Cuántos caminos seguirían
unidos si no la hubieran olvidado!
Y
mientras tanto, la vida siguió avanzando hacia la única dirección que conoce:
hacia adelante.
Que bonito! Me gustó mucho :)
ReplyDeleteQue bonito! Me gustó mucho :)
ReplyDeleteAsi es mi estimado, muy buen relato.
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