Estaba en una conversación muy interesante
con un amigo, en la cual me hablaba
sobre sus aspiraciones profesionales y sobre todas las cosas que hacía en su
trabajo. Mencionaba que, efectivamente, lo reconocían por sus labores, por
hacer incluso más de lo que, sobre el papel, le correspondía. Todo era
destacable, muy bueno. El gran detalle era que poca gente conocía sobre ese plus que él daba día a día. Los
beneficios estaban, pero no todos sabían que era gracias a su trabajo. Decir de
forma abierta que era gracias a su trabajo y esfuerzo que ocurrían cosas buenas,
era algo que se le dificultaba mucho, no deseaba ser presumido (en realidad,
sentirse presumido); por encima de todo, lo hacía porque su trabajo le
encantaba, no lo hacía por el reconocimiento de otros ni para decir “miren lo
bueno que soy”. Algunos colegas le recomendaban que lo haga, incluso diciéndole
que era necesario. “Cuando uno pone un huevo, tiene que cacarearlo” me dijo. “Si
no compartes ni dices lo que haces, nadie lo va a saber”.
Al
igual que mi amigo, yo tampoco hago públicas las cosas que hago o logros que
haya tenido. Hago lo que hago porque disfruto haciéndolo y adopté la costumbre
de quedarme con ello. Compartirlo o decirle al resto sobre mis acciones es,
muchas veces, lo último que pasa por mi mente. Sin embargo, al igual que en el
caso que les comento, hacerlo se ha vuelto algo necesario y que requiero empezar a
hacer. Más aún en mi caso que trabajo de forma independiente, donde las mejores
referencias que puedo tener son de boca a boca, pero estas se limitan a aquellos
que efectivamente conocen lo que hago y a lo que me dedico. El resto, con
quienes no he compartido ni contado lo que hago, no lo saben ni tampoco tendrían
que saberlo, porque nunca cacareé mis huevos. En un hecho insólito para mí, es momento de cacarear...
¿A qué me dedico y qué hago?
Soy coach. No, no soy un entrenador y
me estoy alienando diciéndolo en inglés. Me dedico a acompañar personas para
que a través de procesos de coaching
puedan descubrir y liberar su potencial personal, con miras a conseguir
objetivos que ellos se han planteado. Me dedico a conversar, escuchar y hacer
preguntas. Mi labor es estar al servicio de otra persona, apoyándola y
acompañándola a que consiga sus metas y objetivos, trabajando desde sus
capacidades y habilidades personales. ¿Quieres mejorar tu desempeño laboral poniendo
en juego tus habilidades? ¿Deseas tener relaciones personales más sanas? ¿Y mejor relación con el dinero y finanzas personales? Cualquier
cosa que involucre un proceso y crecimiento personal, es materia de coaching. Para el tema de finanzas, también se puede trabajar, esta vez desde el espacio de coaching financiero. El
gran detalle es que no te diré cómo lo tienes que hacer, porque no soy asesor
ni consejero, sino que tú encontrarás las mejores respuestas y formas que
funcionen para ti a través de conversaciones. Lo más importante: todo esto se
hace en un espacio de respeto, libertad y confidencialidad. Lo que me cuentes y desees compartir conmigo,
no saldrá de dicho espacio.
Otra
cosa a la que me dedico es a dar talleres y capacitaciones, con enfoque de coaching. Comunicación, trabajo en
equipo, servicio al cliente, inteligencia emocional… Todo lo que tenga que ver
con habilidades personales, también las trabajo en talleres, con grupos de
personas. Nunca imaginé estar parado frente a un grupo de personas, hablando y haciendo preguntas. Es irónico que a pesar de que no me busque ser el centro de atención, mi propio trabajo demanda que por momentos lo sea, estando al frente siendo observado por una pluralidad de ojos. Capacito a personal de empresas, diseñando mis propios talleres a partir de las circunstancias y necesidades de cada organización. Mis 5 años de formación en Derecho, hablando y matándome por tener la
razón ayudaron en algo. Aquí tampoco enseño (no soy profesor), lo que hago es
compartir información y generar espacios de aprendizaje donde los participantes
le puedan encontrar valor, llevando esta información a su experiencia y
generando reflexiones a partir de ello. Incluyo videos, dinámicas, juegos, todo
lo que sea necesario para que sea una experiencia grata y beneficiosa para los
participantes, quienes son los protagonistas de los talleres.
Cierre del programa "Blue Coaching" en el Hotel Hilton Lima-Miraflores |
A
pesar de que lo diga sin ningún ápice de soberbia, igual es algo que me cuesta
manifestar, y empezaré a practicarlo… Me considero bueno en lo que hago. Por
supuesto que aún tengo mucho espacio para desarrollarme y seguir creciendo,
pero en el lugar donde estoy, con mi experiencia y edad, me considero bueno, bastante bueno. Disfruto
mi trabajo, he recibido buenos comentarios por éste, pero aún me quedo corto en
extendérselo al resto, como una forma de ir “marketeando” lo que hago. Tal vez
sea sencillo para algunos el colgar fotos, compartir lo que hacen… En mi caso,
al igual que mi amigo, “cacarear” nuestros huevos es algo medio complicado. Es
por ello que escribo esto, como un tímido paso para salir a la luz y contar,
compartir... Probablemente me tome un poco más de tiempo digerir que actualmente
así se mueven las cosas: con la publicidad.
Es
por ello que si ven un poco más de actividad en mi perfil, no es que me hayan “hackeado”
o que dejé abierta mi cuenta en algún otro lado. Estaré practicando algo que
nunca he hecho.
Mi
amigo eventualmente consiguió el puesto que deseaba… Yo sólo deseo más
oportunidades y espacios para trabajar apoyando a personas, haciendo lo que me gusta.
A
empezar…
Taller de Habilidades de Coaching para la atención al paciente en el Policlínico Peruano-Japonés. A mi izquierda, sentado como meditador, mi gran amigo y socio en este taller. |
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